Extintores co2 2 kg
En el mundo de la hostelería, cada detalle cuenta para garantizar la calidad del servicio y la seguridad de la cocina. Entre los equipos más importantes destaca la limpieza de campanas extractoras industriales, una tarea esencial que no solo optimiza el rendimiento de los sistemas de ventilación, sino que también protege la salud de los trabajadores y cumple con las normativas de seguridad e higiene.
La acumulación de grasa, hollín y residuos de humo en los filtros y conductos puede convertirse en un problema grave. Un mantenimiento deficiente de la campana no solo reduce su eficiencia, sino que también aumenta significativamente el riesgo de incendios en la cocina. Además, la grasa acumulada genera olores desagradables y contaminación del aire, afectando tanto al personal como a los clientes.
Mantener una campana extractora industrial limpia implica garantizar un flujo de aire constante, evitando obstrucciones que puedan dañar los motores y sistemas de extracción. Este hábito también contribuye a alargar la vida útil del equipo, evitando reparaciones costosas y tiempos de inactividad en la cocina.
Las campanas industriales cumplen una función que va más allá de la simple extracción de humos. Estos sistemas están diseñados para filtrar partículas de grasa, humo y vapor, asegurando un ambiente de trabajo más saludable y reduciendo la acumulación de contaminantes en paredes, techos y mobiliario.
Un restaurante con alto volumen de producción necesita un sistema de extracción eficiente. Sin una limpieza periódica, los filtros pierden capacidad, los conductos se saturan y los motores trabajan bajo sobrecarga, lo que se traduce en un consumo energético mayor y en un desgaste prematuro del sistema.
La periodicidad de la limpieza depende directamente del nivel de uso y del tipo de cocina. Un restaurante de alta demanda debería realizar la limpieza de campanas extractoras industriales al menos una vez al mes, mientras que negocios con un volumen menor podrían espaciar el mantenimiento cada dos o tres meses.
Sin embargo, la limpieza diaria de las superficies externas y de los filtros desmontables es imprescindible para evitar la acumulación de grasa y mantener la higiene básica de la cocina.
Para garantizar una limpieza profunda y segura, es recomendable seguir un proceso estructurado:
Desconectar la campana y garantizar la seguridad eléctrica.
Desmontar los filtros y piezas extraíbles. Estos deben sumergirse en agua caliente con desengrasante industrial.
Cepillado de rejillas y conductos visibles. Utilizar cepillos de cerdas duras para eliminar residuos de grasa acumulada.
Aplicar productos desengrasantes. El uso de soluciones con vinagre blanco o bicarbonato de sodio puede ayudar a eliminar olores y restos persistentes.
Enjuague y secado completo de las piezas. Es fundamental asegurarse de que no queden restos de detergente que puedan afectar al funcionamiento.
Revisión y montaje final. Tras la limpieza, se debe verificar el estado de los motores y de los extractores.
Guantes de protección para evitar quemaduras o irritaciones.
Cepillos metálicos y de cerdas duras para limpiar zonas difíciles.
Trapos de microfibra que no dejen pelusa.
Desengrasantes industriales específicos para cocinas profesionales.
Vinagre blanco y bicarbonato de sodio, aliados naturales para neutralizar olores y descomponer la grasa.
El uso de productos adecuados no solo facilita la limpieza, sino que también evita daños en la estructura metálica de la campana.
Aunque el mantenimiento básico puede realizarse internamente, la contratación de especialistas en limpieza de campanas industriales es altamente recomendable. Estos profesionales cuentan con equipos de alta presión y productos específicos capaces de llegar a las zonas más inaccesibles de los conductos.
Los beneficios de un servicio profesional incluyen:
Eliminación total de grasa y residuos.
Cumplimiento con normativas sanitarias y de seguridad contra incendios.
Certificación de limpieza, requerida en muchas inspecciones de seguridad alimentaria.
Mayor eficiencia energética al garantizar un sistema de extracción sin obstrucciones.
El primer modelo de campana extractora industrial fue patentado en 1927 por Wilhelm Luwa, revolucionando las cocinas profesionales de todo el mundo.
Algunas de las campanas más grandes del planeta tienen capacidad para filtrar más de 120.000 m³ de aire por hora, el equivalente al aire de un estadio en minutos.
Hoy en día existen modelos que funcionan con energía solar, combinando eficiencia y sostenibilidad.
En muchos países, las autoridades sanitarias y de seguridad contra incendios exigen que los restaurantes cuenten con un programa documentado de limpieza de campanas. No cumplir con esta normativa puede derivar en sanciones, cierres temporales del negocio o problemas con las aseguradoras en caso de incendio.
Por ello, es imprescindible conservar un registro de cada mantenimiento y asegurarse de que los servicios contratados entreguen certificados oficiales de limpieza.
Evitar el uso de productos abrasivos que puedan dañar el acero inoxidable.
Revisar periódicamente el estado de los filtros y reemplazarlos si presentan deformaciones.
Programar mantenimientos preventivos trimestrales, especialmente en restaurantes de alto volumen.
Capacitar al personal de cocina en prácticas básicas de limpieza diaria.
La limpieza de campanas extractoras industriales no es solo una cuestión estética, sino un factor determinante para la seguridad, eficiencia y durabilidad del sistema de ventilación. Mantener una campana industrial en perfecto estado significa evitar incendios, reducir olores, mejorar la calidad del aire y garantizar un entorno de trabajo más saludable.
Invertir en limpieza regular y profesional es, sin duda, una decisión estratégica para cualquier negocio de hostelería que busque optimizar recursos y ofrecer un servicio de calidad a sus clientes.